Ser como un niño es madurar, es un fenómeno maravilloso.
“A menos que seas como un niño, no entrarás en el reino de Dios”
¿Qué quiere decir el personaje de Jesús con ser como un niño?
– El niño siempre es total. Haga lo que haga siempre se queda absorto en ello, nunca es parcial. Si está recogiendo caracoles en la playa todo lo demás desaparece de su consciencia. Lo único que importa son los caracoles y la playa. Está absorto y esa totalidad es una de las cualidades fundamentales de ser como un niño.
– Un niño es inocente, funciona desde un estado de no saber, nunca funciona desde el conocimiento porque no lo tiene. En cambio nosotros tendemos siempre a funcionar desde el conocimiento, y esto significa pasado, todo lo que nos han trasmitido y lo que hemos reunido. Cada nueva situación (siendo nueva) no se le puede aplicar ningún conocimiento.
No hablo de ingeniería o tecnología, allí el pasado es aplicable porque una máquina es una máquina. Pero cuando estás funcionando en una atmósfera humana, cuando te estás comunicando con seres vivos, ninguna situación es una repetición de otra. Cada situación es única.
Si queremos funcionar correctamente tenemos que hacerlo desde un estado de ignorancia, como un niño.
No interpongamos nuestros conocimiento, olvidémonos de él.
Respondamos a lo nuevo como nuevo. No respondamos a lo nuevo desde lo viejo. Si lo hacemos, no acertaremos, habrá un puente entre nosotros sobre lo que está sucediendo a nuestro alrededor, siempre llegaremos tarde, siempre perderemos el tren.
El conocimiento nos impide comulgar y crear puentes en la relación con otros.
Seamos ignorantes, ser como un niño es continuar aprendiendo. No nos volvamos eruditos. Aprender es un proceso diferente. El conocimiento es un fenómeno muerto, aprender es un proceso vivo.
El que aprende tiene que recordar que él no puede funcionar desde el punto de vista del conocimiento.
¿No se han fijado, no lo han observado?
Los niños pequeños aprenden muy rápido, si un niño vive en una atmósfera multi linguistica aprende todos los idiomas, aprende el del padre, el de la madre, el del vecino, puede aprender muy fácilmente tres, cuatro o hasta cinco idiomas sin ningún problema.
Pero siendo ya grandes, una vez aprendido un idioma es muy difícil aprender otro porque empezaremos a funcionar desde el punto de vista del que sabe.
Los referentes nos entorpecen.
Se dice que no podemos enseñar a un viejo perro trucos nuevos, y esto es verdad, pero ¿qué lo hace viejo? No es su edad física, porque Sócrates continuó aprendiendo hasta el final de sus días, igual que Buda. Entonces, lo que hace viejo a un perro es el conocimiento.
Jesús sigue siendo joven, en su totalidad, en imagen y sobre todo en pensamiento, en el caso de Buda y Krishna, aunque vivieron muchos años, no hay imágenes de ningún tipo que los representen como viejos, y no es que no envejecieran físicamente. Pero algo en ellos permaneció siempre joven, como un niño.
Funcionaron desde un estado de no saber. Por eso en primer lugar, cuando se dice “sé como un niño», es ser total desde esa premisa. Sentir todo nuevo, siempre.
En esto consiste el poder de la inocencia.
Por último, tengamos en cuenta que un niño tiene la cualidad natural de la confianza, de lo contrario no sobreviviría. Él siente que todo está bien, en presente perfecto. No espera que esté bien mañana, sabe que ya lo está.
Cuando nace confía en la madre, en que su leche le alimentará, en que todo está bien. Su confianza es absoluta, no dudad nada. No tiene miedo a nada. Su confianza es tan grande, que su madre tiene miedo de que vaya y empiece a jugar con una serpiente. Su confianza es tan grande que puede meter la mano en fuego porque no conoce el miedo ni la duda.
Si nosotros podemos aprender de nuevo los caminos de la confianza, solo entonces sabremos qué es Dios. Sabremos nada dentro de la verdad.
Tenemos que tener claro que:
La ciencia depende de la duda, por ello, el epicentro de la educación es la duda. La ciencia depende de la duda, no puede crecer sin ella.
La religión depende de la confianza, no puede darse sin ella. Son direcciones diametralmente opuestas.
Recuerda, si basas el trabajo científico en la confianza, estarás adoptando el punto de vista equivocado. No serás capaz de conseguir ni descubrir nada.
Aquí la metodología es la duda, tienes que dudar, dudar y dudar, hasta que des con algo que sea indudable. Solo entonces, desesperado, tienes que aceparlo, pero todavía con un grano de duda porque mañana puede que aparezcan nuevos hechos y todo el asunto tendrá que ser descartado.
Por eso, solo mientras dure, la ciencia nunca llega a una verdad absoluta. Solo a una verdad provisional, una verdad aproximada. Se acepta como verdad mientras dure porque, tal vez mañana, los investigadores pueden encontrar nuevas realidades, nuevos datos. Por eso la ciencia llega solo a hipótesis provisionales arbitrarias.
Lo que Newton descubrió fue tirado abajo por Albert Einstein, y lo que este descubrió será tirado abajo por cualquier otro.
En la ciencia la metodología es la duda, no es necesaria la confianza. Tienes que confiar cuando no hay necesidad de dudar.
La religión es una dimensión diametralmente opuesta, el método es la confianza. Por cierto, la religión no tiene que ver con ningún tipo de iglesia.
¿Qué significa la confianza?
Significa que no estamos separados de la existencia, que somos partes de ella, que es nuestra casa, que le pertenecemos, que nos pertenece. Que no estamos sin hogar, que este universo es un universo maternal. Podemos ser sus hijos del mismo modo como el niño confiado en que siempre que tenga una necesidad vendrá la madre y se ocupará.
El niño confía.
Todo lo que tiene que hacer es atraer la atención de la madre hacia él.
La religión dice que el universo es nuestro padre y nuestra madre, de ahí esas expresiones.
Jesús llamaba a Dios Haba, que es mucho más ajustado que padre. Padre es una palabra formal, Haba es informal. Si tienes que traducir Haba correctamente, se acercará más a papá que a padre, pero llamar a Dios papá parece un poco absurdo. La iglesia no te lo permitirá, te dirá que no es correcto, pero Jesús solía llamarle Haba, que significa papá. De hecho una oración tiene que ser informal.
Padre suena muy lejano, no sorprende que llamándole a Dios “El padre”, lo hayamos colocado muy lejos, en algún lugar distante en el cielo. En cambio, papá es más próximo, puedes tocarlo, es más tangible, puedes hablar con él.
Con Dios padre sentado en algún lugar en los cielos, puedes seguir gritando y sin embargo no estar seguro De si serás capaz de llegar hasta él.
La religión es una aproximación infantil a la existencia. No estás en contra de la naturaleza, no estás luchando contra la naturaleza, no hay lucha, hay una gran cooperación.
La lucha parece estúpida y absurda, la duda no funciona en la experiencia religiosa, igual que la confianza no funciona en la exploración científica, la ciencia significa explorar lo externo y la religión significa explorar lo interno.
La ciencia, es la religión de las cosas. La religión, es la ciencia del ser.
No puedes ver una flor con el oído, tiene limitaciones por más agudo y sensible que sea. Si quieres mirar el color, la luz, la forma, tendrás que mirar la flor con los ojos. Sin embargo aunque los ojos son muy hermosos, también tienen sus limitaciones ya que no puedes escuchar música a través de ellos, ni siquiera la más excelsa puede entrar por los ojos, estos son sordos. Tendrás que escuchar con los oídos.
La duda es la puerta de las cosas, la confianza es la puerta del ser.
Solo a través de la confianza se conoce a Dios.
Recuerda que puedes cometer el error de dos maneras. Las denominadas gentes religiosas han estado peleando con la ciencia, la iglesia ha estado peleando con la ciencia. Ha sido una lucha ridícula porque la iglesia pretendía que la ciencia dependiera de la confianza, y ahora la ciencia se está tomando la venganza porque quiere que la religión dependa de la duda, el escepticismo y la lógica.
El hombre está tan dormido que continúa repitiendo los mismos errores una y otra vez.
La iglesia de la Edad Media era estúpida, ahora las personas que se creen científicas están repitiendo la misma estupidez.
El hombre de comprensión dirá que la duda tiene su propio mundo, puedes usarla como un método pero tiene sus limitaciones y del mismo modo la confianza tiene su propio mundo pero también tiene sus limitaciones.
No hace falta usar la confianza para saber sobre las cosas y no hace falta dudar para acercarse a lo interno, de ser así estaríamos provocando un lío, ya que si la confianza se hubiera utilizado para la exploración científica, la ciencia ni siquiera habría nacido. De hecho, por esa razón la ciencia en oriente ha permanecido tan primitiva.
Me he encontrado con científicos indios, uno, por ejemplo, con toda la educación que es posible obtener en occidente, que incluso ha sido galardonado con distintos premios, sin embargo en algún lugar continúa siendo un científico supersticioso, sigue tratando de alguna forma, sabiéndolo o sin saberlo, consciente o inconscientemente de imponer la confianza en el mundo exterior.
Seguramente cualquiera de nosotros habrá conocido en occidente personas profundamente religiosas y que siguen, de alguna manera, en lo más profundo, llenos de dudas.
Hago énfasis en recordar que occidente ha explorado las posibilidades de la duda y oriente las posibilidades de la confianza. Ambas dimisiones son diferentes, no se encuentran en ningún lugar.
Tendrías que usar las dos, yo llamo a ese individuo hombre de comprensión, porque puede usar ambos mundos. Cuando trabaja en un laboratorio científico usa la duda, el escepticismo, la lógica y cuando entra a su templo, medita y reza, usa la confianza.
Este ser es libre, no está limitado por la confianza ni por la duda.
En conclusión, cuando quieras ver, abre tus ojos y cuando quieras escuchar ciérralos.
No es accidental que cuando escuchamos músicas cerramos los ojos, si sabemos escuchar música los cerraremos porque no nos hacen falta.
Ocurre lo mismo con la duda y la confianza, esta es la cualidad del niño, esas tres cualidades.
La cualidad de ser total, la cualidad de permanecer ignorante a pesar del conocimiento y la cualidad de la confianza.
Esa es la esencia del niño que debemos mantener.
No confundamos ser niños por siempre con infantilismo ya que esta es un tipo de estado emocional sentimental y esto no lo requerimos. A todo niño se le tiene que permitir ser infantil del mismo modo que a cada adulto se le tiene que permitir ser adulto, pero manteniendo las cualidades de un niño. El infantilismo es innecesario, esa herramienta no nos sirve en nada, pero la madurez de un individuo es totalmente compatible con las cualidades de un niño. No hay contradicción entre ellas, de hecho maduramos solo, si somos como niños.
Un día haces énfasis en ser maduro, otro día te dices: sé como un niño.
Cuando permanecemos mucho tiempo con una actitud madura sentimos a nuestra esencia de niño con ganas de expresarse, pero si dejo que mi niño baile y cante y de pronto afloran actitudes de apegos amorosos, permitámoslo. Esto nos indica que nuestro infantilismo está incompleto. Dejemos que salga y se complete, cuanto antes mejor, de otra forma seguirá aferrado a uno hasta siempre.
Permitamos que se exprese y desaparecerá. Permitamos siempre que aflore, será por instante que esto suceda y nos dejará muy satisfechos. Además, es la manera de desarrollarnos de manera independiente, sin anclas ni temores.
Es importante que cada vez que surjan esas necesidades emocionales las vivamos, intentemos no posponer esos momentos, porque mientras más lo permitamos desaparecerán mucho más rápido, luego solo aflorarán las cualidades del niño. El infantilismo desaparecerá, luego tu niño será fresco y joven, después que recuperes a tu niño plenamente sano, empezarás a crecer, madurarás.
Con todas las mentiras que tenemos alrededor no podemos madurar, solo podemos madurar cuando nos volvemos auténticos.