Compartir

Ya desde los años 40 se habla sobre ello, aunque las referencias, son incluso desde 1776, pero no voy a retroceder tanto en el tiempo dentro de este artículo. La expresión Nuevo Orden Mundial se ha usado en distintas etapas de la humanidad para referirse a un nuevo período de la historia y se pretende, de este modo, cambios drásticos en las ideologías políticas y en el equilibrio de poderes.

En este instante tenemos un planeta cuyos países tienen sus fronteras cerradas a otros, un planeta donde estamos confinados a nuestros hogares. Este momento de la historia me recuerda el libro “1984 y aunque el tema era otro, los mecanismos para lograr controlar y manipular a la población son los mismos desde siempre.

En el libro se toma como referencia un contexto de país imaginario, pero ahora es nuestro planeta entero y real, sumido a un encierro por primera vez en la historia de la humanidad. Es bueno observar esto.

“1984 (en su versión original en inglés: Nineteen Eighty-Four) es una novela de ficción distópica, escrita por George Orwell entre 1947 y 1948 y publicada el 8 de junio de 1949.

Se detectan paralelismos entre la sociedad actual y el mundo que él planteaba para 1984, sugiriendo que hemos comenzado, desde hace unas décadas, a vivir en lo que se ha conocido como sociedad orwelliana, una sociedad donde se manipula la información y se practica la vigilancia masiva y la soslayada represión social, a través de crear “información del pánico”, por ejemplo: sobre el fin de la vida con la aparición de un poderoso virus.

¿Será necesario esto para generar cambios en la población mundial?

En el libro, a través de una historia intrincada, con temas como el lavado de cerebro, el lenguaje, la psicología y la inventiva encaminados al control físico y mental de todos los individuos, la reprogramación de la juventud, etcétera, Orwell relata la historia trágica y aparentemente emancipadora de Winston Smith y Julia, quienes tratan de escapar de un sistema donde la intimidad y el libre transitar o del pensamiento están prohibidos a fin de “proteger a la sociedad” de si misma.

En “1984se retiene a la población para “protegerla de una guerra” que en realidad no existe, y no quiero decir con esto que el virus actual no exista, pero cuando esté “controlado” todo será distinto. Ya lo es, de hecho.

Lo que parecía ficción para muchos, se ha convertido en algo real. Un comunismo global y barbárico disfrazado de estados demócratas y protectores, e incluso son respetados. Acatados desde el miedo a morir. ¿Será que es la única manera de protegernos de nosotros mismos?

… en ese libro, cualquier parecido con la realidad que hoy nos pretenden imponer no es pura coincidencia.

1984” es solo una pequeña referencia de lo que realmente sucede detrás de cualquier nuevo instrumento para generar pánico en la población. Obviamente los objetivos varían.

En esta oportunidad lo han llamado “coronavirus” y su slogan “quédate en tu casa” y del cual millones de personas, desde el miedo a ser contagiados y morir o desde su inocencia, se hacen eco; sin darse cuenta que han ayudado a aplanar la ruta de ciertos seres para literalmente apartarnos del “camino” y de esta manera generar los cambios que pretenden.

Por supuesto que yo apuesto a los mejores cambios en beneficio de todos y del planeta mismo. No voy a especular sobre ello y menos crearme un panorama desolador o cataclísmico.

No obstante, podemos ser a nivel individual algo más sencillos y en vez de plantearnos ordenar o salvar al mundo, o esperar a que lo salven otros por nosotros, proponernos un nuevo orden en nuestras propias ideas, en nuestro proceder como individuos, dentro de nuestros hogares, en nuestras relaciones, en nuestro andar por la vida.

Generar, tal vez, ideas de bienestar social y ambiental, porque sería un verdadero desperdicio no aprovechar esta experiencia para elevarnos por encima de nuestras propias miserias, de nuestro egoísmo sin límite.

Realmente ¿creen que podremos continuar con el mismo tipo de “sentido de vida” que nos arropaba? Creo que si ese “sentido” continúa atentando contra el bienestar de otros y de nuestro entorno estará desfasado, por decir lo mínimo. Nos espera una limpieza de la casa grande, y esto es justo y necesario.

Un nuevo orden mundial nos espera desde centurias, que no quepa dudas sobre esto, porque nada puede mantenerse igual después de tamaña experiencia ¿no creen? Pero hagamos ese cambio en nosotros mismos primero, no esperemos, una vez más, que la solución venga desde afuera.

Algún cambio habrá, ya sea personalmente, desde nuestros estados de consciencia, o desde la «agenda de los «poderosos» para la humanidad.

El planeta está al borde de un colapso producido por la indolencia que hemos tenido hacia él, décadas de una destrucción sistemática del medio ambiente, y no solo por las grandes corporaciones, también desde nuestro personal proceder en acciones aparentemente insignificantes como lanzar basura a través de las ventanas de los vehículos o verdaderas monstruosidades como arrojar plástico al mar, quemar bosques, caza indiscriminada, violaciones de todo tipo, vejaciones en todos los ámbitos, niveles de corrupción en todos los contextos de nuestras relaciones interpersonales (no solo políticas)… estafas emocionales incluso, y pare de contar.

Un descontrol absoluto y literalmente antinatura. Una incoherencia que nos ha llevado a aprender desde el dolor, a nivel personal y mundial.

Tal vez merezcamos que nos encierren, como si de un gran manicomio se tratara y dejar al planeta libre de nosotros. Es que acaso no nos damos cuenta que él no nos necesita, somos nosotros quienes necesitamos de él.

Este evento fue preparado. Cualquiera que sea la verdad sobre el origen de este virus en si mismo; ¿quién lo creo? ¿cómo se liberó? y si es realmente tan peligroso, lo cierto es que no cabe duda de que todo este fenómeno de  «la pandemia» se está utilizando  para acelerar varias agendas de un nuevo orden mundial.

No pensarán que el foco solo está en cómo paliar el coronavirus, sería muy inocente creer eso.

Además, si toda experiencia que transitamos en nuestra vida obedece a nuestro estado de consciencia, entonces esta no escapa a ello. Toca gestar otra masa crítica.

En todo caso nos piden hacer  «cuarentena» y en este aspecto, a nivel cuántico es bueno tener claro lo que significa. En mi artículo del 8 de marzo ya hablaba sobre ello, antes de que se proclamara aquí en Italia,  donde resido. (La cuarentena, a nivel cuántico),

Sabemos que La Real Academia Española la define como “Tiempo de cuarenta días, meses o años” y en otra de sus acepciones tenemos que significa “Aislamiento preventivo a que se somete durante un período de tiempo, por razones sanitarias, a personas o animales”.

Es buen recordar que ya tenemos 2020 años según el calendario gregoriano, que Jesucristo la aplicó, cuándo decidió irse a pasear por el desierto en sus bíblicos cuarenta días y cuarenta noches de “aislamiento preventivo”, y ¿para qué fue todo eso?, simplemente para estar a solas de manera que su alma dirigiera sus decisiones y no estar influenciado por nadie más.

A solas, entiéndase bien; eso que al parecer la mayoría de las personas no toleran ni por un día completo, algunos ni por minutos. Sin embargo, seguramente para algo tenemos que vivir esta experiencia, esta vez de manera obligada entonces.

A nivel cuántico esos cuarenta días son simbólicos ya que dependiendo de lo despiertos que estemos y estando a solas, las respuestas a nuestras preguntas pueden llegar en cuarenta segundos, minutos, horas, semanas, meses, años o siglos. Personalmente, no pienso tardarme mucho tiempo en ello. Cada quien con el transitar de su desierto.

También la cuarentena es la manera tradicional con la que se conoce al período postparto del puerperio, una etapa que dura entre seis y ocho semanas y que se caracteriza por el retorno a la normalidad de todos los cambios orgánicos, fisiológicos y emocionales que se sucedieron en el embarazo y el parto.

Hace 5 años, en mi experiencia oncológica, me tome de manera literal eso de “retornar a la normalidad de todos los cambios orgánicos, fisiológicos y emocionales”, decidí que también aplica en cualquier contexto.

Tomémonos de la mano en esto de crecer. Apostemos al renacer de una nueva era, de un nuevo estado de consciencia, de una masa crítica proclive al desarrollo de un estado de prosperidad absoluta y en todos los órdenes, como seres humanos; proclive al amor por el planeta, nuestro único hogar.

Amanecerá y veremos…lo mejor, de seguro.

https://www.amazon.com/dp/B07GY4P1B9/ref=cm_sw_r_cp_api_H0VKBbDMH4SGY

 

Compartir