Compartir

En cualquier contexto armonioso o conflictivo, la cosa es de dos. Tú con él, él contigo, y tú… contigo mismo.

Si te generas desasosiego con otros, deja ir a la gente, déjate ir.

No es una actitud de soberbia ni de orgullo, sino de congruencia. Seguirás amándolos (si fuera el caso) pero con otra perspectiva, desde otro nivel de compresión, entendimiento y consciencia. Es la cosa más difícil que tendrás que hacer en tu vida, también será la más importante: dejar de estar vinculado con aquellos que no están listos para amarte o viceversa.

Deja de tener conversaciones difíciles con gente que no quiere cambiar o por la que tú no quieres hacerlo. 

Deja de aparecer para la gente que es indiferente a tu presencia, esos que te dejan en pausa… o a los que dejas tú.

Deja de dar tu amor y energía a la gente que no está lista para amarte o que sencillamente está en otro estado de consciencia (también tú lo estás), por eso sucede. 

Tu instinto te llevará a  hacer todo lo que puedas para ganarte las «buenas gracias» de todos los que puedas, pero también es el impulso que te robará tu tiempo, tu energía y cordura. Eso te diluye. 

Cuando empiezas a aparecer en tu vida completa y completamente, con alegría, interés y compromiso, no todo el mundo va a estar listo para encontrarte allí, ni tú para recibirlos.

… y no es que te conviertas en algo mejor o más “elevado”, solo que la vibración entre ambos es distinta. En ello no hay juicio.

Algunos ya ni podrán verte, ni tú a ellos.

Apartarte de las personas que no están preparadas para amarte, o tú a ellos.

Esto no significa que tengas que cambiar lo que eres, significa que llegaste a lo que eres. Ahora estás en coherencia contigo mismo.



Si eres excluido (a), insultado (a) sutilmente, olvidado (a) o fácilmente ignorado (a) por las personas con las que pasas la mayor parte del tiempo, no te estás haciendo un favor al continuar ofreciéndoles tu energía y tu vida. Tu foco. Seguramente también tú lo haces con otros.

Apréciate. Igual (de continuar esta ruta) tarde o temprano se acabará.

La verdad es que no eres para todos, y todos no son para ti… para siempre. 

Solo por instantes.

Eso es lo que hace tan especial cuando encuentras a las pocas personas con las que tienes una amistad, amor o relación genuina: sabrás lo precioso que es, porque ya en el pasado has experimentado lo que no es. 

Pero mientras más tiempo pases tratando de forzar a alguien a apreciarte o amarte, o a amarlo y apreciarlo, más tiempo te estarás privando a ti mismo (a) de una mejor conexión.

Hay miles de millones de personas en este planeta, y muchas de ellas se van a encontrar contigo desde la vibración desde donde están.

Nos creamos ansiedad cuando pasamos nuestro tiempo con gente que no nos aporta ni le aportamos, y en trabajos o lugares o ciudades que no nos convienen, sin embargo, allí continuamos tercamente. 

Comenzarás a darte cuenta de que lo más importante que puedes hacer por tu vida, por ti mismo (a) y por todos los que conoces, es proteger tu energía vital, más ferozmente que cualquier otra cosa.

Hagamos de nuestras vidas un refugio seguro en el que solo permitamos entrar a las personas que nos brinden serenidad y nosotros a ellas.

La cosa siempre es de dos.

http://amazon.com/author/sebastianfalco

 

Compartir