Desde la aceptación inteligente y amorosa de nuestras experiencias, surge ante nosotros, eso que llaman «milagros».
En distintas ocasiones sabía que el dolor que creara en mí en momentos de separación, ya sea de seres queridos, labores profesionales o en cualquier contexto que implicara algo emocional, como una mudanza de un sitio especial o país, sería una forma de no aceptación, una forma de resistencia inconsciente a lo que es y cómo se me muestra.
De esto aprendí y no hay marcha atrás cuando ya está impreso en uno.
Decidí no extrañar nada; personas, situaciones, amores, países, aromas… en fin. Más amable es quedarse con el amor que sembró en uno “el momento” y seguir cosechando vida, sensaciones. Todo nuevo siempre. Lo anterior a hoy son bendiciones, entonces cabe preguntarse, ¿para qué entristecerse si ya no es igual? Todo lo contrario, es perfecto que cualquier experiencia nos haya tocado vivirla.
De pronto toca imaginar ciertos aspectos de manera más asertiva.
A partir de allí observemos las tantas formas en que no nos amamos. Nos reprendemos, nos castigamos, nos generamos culpas y por lo tanto dolores emocionales y físicos. Hagamos consciente esto.
El miedo se asocia a nuestra ignorancia. Por desgracia no se enseña a confiar en otras posibilidades fuera de nuestra comprensión racional de las cosas. Rompamos moldes y las respuestas aparecerán. Ellas siempre vienen.
Nos asumimos como ciegos cuando no queremos ver.
Admito la duda en muchas circunstancias que se me presentan, pero lo que no comprendo no tiene porque ser falso, y aunque siguen sucediendo cosas que mi razón no comprende, estoy en paz, feliz y sano.
Estoy aprendiendo a ejercer la aceptación Intentando estar siempre “despierto” a los acontecimientos diarios, el mayor tiempo posible. Realizando breves viajes al pasado o al futuro según mi cotidianidad lo requiera, dentro de las cosas pragmáticas a resolver de un mundo «real» en el que a la vez nos encontramos.
Las respuestas siempre llegan, y es allí cuando uno dice: ¡con razón las cosas sucedieron de tal o cual manera! Cada día es una bendición de ser vivido. Hay tanto que agradecer y al final de cuentas no tenemos nada que aprender porque ya lo sabemos todo, solo que no lo recordamos.
Probemos a desaprender aquello que creemos que somos para tomar consciencia de lo que realmente somos. Seres sanos. Almas poderosas.
Ahora pongo el corazón al centro para que la mente obedezca y no la mente para que obedezca el corazón. Cuando se toma plena consciencia hay que pasar a la acción.
La aceptación no tiene que ver en modo alguno con la resignación. La aceptación nos permite comprender que estamos rodeados de milagros, solo que el miedo y la culpa los tapan con una gruesa capa que nos impide verlos, nos nublan y nos mantienen dormidos en nuestro despertar a este estado de consciencia.
Estar vivo es una bendición. . Disfrutemos de este viaje único e irrepetible, es el mayor de los milagros.
http://amazon.com/author/sebastianfalco
Compartir
leyendote en el dia de mi cumpleaños y poder sentirme feliz y en paz en este dia. Graciasss por este escrito lleno de tanta magia y amor.