Ellos como todos los seres con “capacidades distintas” llegan para producirnos un cambio. Celebremos el día mundial del Síndrome de Down, porque en la diversidad está la belleza.
En cambio el ego pretende que la unificación sea que todos piensen y hablen lo mismo; y no, la unidad es un universo de infinitas manifestaciones y posibilidades así como en el arte mismo.
Con El Mejor Regalo narro la prodigiosa aventura que significó llevar adelante un proyecto de socialización para personas con “discapacidad intelectual” a través del teatro.
Doy este término de “personas con discapacidad intelectual” porque es el que se aplica en psicopedagogía, no obstante, prefiero referirme a ellos como seres con “capacidades distintas” (así aprendí a sentirlos); con la cualidad de desarrollar otro tipo de destrezas.
Describo, cómo nos recibieron con el corazón abierto para ser ellos los que nos enseñaran (paradójicamente) la esencia del arte dramático. Esa, donde la verdad es inalienable.
Creímos que nosotros les brindaríamos una posibilidad de cambio, sin embargo, ellos la produjeron en nosotros.
Me enamoro a diario de cómo el teatro es capaz de hacernos conscientes.
https://es.wikipedia.org/wiki/S%C3%ADndrome_de_Down
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