Feliz día admirados actores.
Feliz día a ti, actriz. Sublime ser que con su belleza o su carácter, nos envuelve en un halo de mágica templanza, nos atrae, nos hechiza, nos produce el éxtasis y se presenta como Diosa de los sueños en nosotros los mortales.
Feliz día a ti, actor. Salido del Olimpo, es ese ser superior que se levanta de su campo de ensueño y de manera omnipotente comanda su cuerpo para que represente ese espíritu humano que fragua constantemente y que nos inspira a soñar en nuevas realidades.
A continuación un extracto de mi libro Actuación, su sentido místico.
Nos debemos a la tarea de elevarnos hasta el personaje, ocultarnos tras él, hasta finalmente eclipsarnos ante su personalidad para mostrarlo tal cual es. Ser solo un instrumento. De esta manera se podrá disfrutar del talento de un actor en toda su dimensión.
El ser que decida ser intérprete se paseará por la vida con una mirada inocente, observadora de otra realidad que está detrás de lo aparentemente obvio.
El ser que decida llevar adelante su intuición de ser otro y uno, a través de la interpretación, conocerá el amor incondicional.
Ese ser, será también poeta porque desde la poesía verá la vida, su poesía se fusionará como una fotografía que es capaz de recoger, en palabras, en un instante, en un golpe de luz, las imágenes que enfoca.
Será compositor y bailarín porque se llenará de ritmos y melodías infinitas acompasadas con la coherencia de su corazón.
También será pintor cuando vislumbre su capacidad de dibujar infinitos matices y degradaciones de colores emocionales a través de la imaginación.
Luego, cuando vea que es capaz de esculpir y darle forma a una masa de letras inspiradoras, descubrirá que también es escultor.
Habiendo llegado a este punto no podrá retroceder jamás a ser lo que no era, andará con coherencia, se descubrirá como creador y como tal llevará adelante su modo de vivir.
Descubrirá no solo su sentido artístico, sino el de sí mismo con su accionar a través de este arte.
Descubrirá que no hay lugar más plácido, ni brisa más suave. Sentirá la plenitud de una comunión absoluta, de entrega, y la realización como individuo.
El sentido místico de este arte lo abrazará en ese instante para revestir de sentido su vida, y a partir de allí, él será la escultura, la pintura, la música, la poesía, la obra, el arte vivo.
Tal es el poder de la actuación.
En este otro estado de consciencia nace al actor del siglo 21.
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Creemos nuevas realidades.
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Tengo el alma hecha teatro.
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