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 «He leído muchos libros, pero me he olvidado de la mayoría. Pero entonces, ¿cuál es el propósito de la lectura?» (esta fue la pregunta que un alumno le hizo una vez a su maestro).

El Maestro no respondió en ese momento. Sin embargo, después de unos días, mientras él y el joven alumno estaban sentados cerca de un río, dijo que tenía sed y le pidió que le trajera un poco de agua con un colador viejo y sucio que había en el suelo.

El alumno se sobresaltó; sabía que era un pedido sin sentido.

Sin embargo, no quiso contradecir a su maestro y, habiendo tomado el cedazo, comenzó a realizar esta absurda tarea. Cada vez que sumergía el colador en el río para llevarle un poco de agua, ni siquiera podía dar un paso hacia él, ya que no quedaba ni una gota en el colador.

Lo intentó y lo intentó decenas de veces pero, por mucho que trató de correr más rápido desde la orilla hasta el maestro, el agua siguió pasando por todos los agujeros del tamiz y se perdió en el camino.

Agotado, se sentó junto a él y dijo:

 «No puedo conseguir agua con ese colador. Perdóname maestro, es imposible y he fallado en mi tarea”. 

“No, no has fallado» (respondió el anciano, sonriendo). Mira el colador, ahora brilla, está limpio, está como nuevo. El agua, que se filtra por sus agujeros, lo ha limpiado. Cuando lees libros (prosiguió el viejo maestro) eres como un colador y ellos son como agua de río. No importa si no puedes guardar en tu memoria toda el agua que dejan fluir en ti, porque los libros, con sus ideas, emociones, sentimientos, conocimientos y la verdad con la que resonarás entre las páginas, limpiarán tu mente y espíritu; te convertirán en una persona mejor y renovada.
Este es el propósito de la lectura».



https://es.wikipedia.org/wiki/Libro.   

https://es.wikipedia.org/wiki/D%C3%ADa_Internacional_del_Libro

 

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No es verdad que las palabras son solo palabras.

“Hay algunas que acarician tu corazón y otras que hacen más daño que una bofetada.

Hay algunas palabras que vuelan con el viento y otras que permanecen grabadas en el alma para siempre.

Algunas dejan profundas heridas, otras se convierten en recuerdos maravillosos.

Las palabras nunca son solo palabras”.

Son momentos de la vida que dejan marcas indelebles dentro de cada uno de nosotros.

 

 

 

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